Iñigo Manterola – En el estudio de Manterola

Iñigo Manterola – En el estudio de Manterola
Iñigo Manterola- El estudio de Manterola

Emprendedor-empresario: Iñigo Manterola
Empresa: En el estudio de Manterola
Web: http://www.inigomanterola.com
Servicios: Pintor y escultor, galería de arte
Mail: manterola@inigomanterola.com
Tfno: +34 943 47 03 48/+34 617 33 28 13
Dirección Galería: Plaza Zaragoza 3, bajo · 20007
San Sebastián
Dirección nuevo estudio: 
Urteta bidea, s/n  · 20800  · Zarautz

 

 

Iñigo Manterola mantiene dos principios básicos a los que ser fiel como artista: evolución constante y mente abierta. Hace 15 años se hubiera definido como pintor, inmerso en un mundo de pintura, pinceles y lienzos en blanco, hoy se ve a si mismo como un artista multidisciplinar, pero con corazón de pintor. En un momento dado, tratando de dibujar el paso del tiempo y el movimiento, a través de la abstracción, encontró en la escultura la posibilidad de seguir dibujando en tres dimensiones. Actualmente combina la pintura, la escultura y la fotografía como lenguajes artísticos. No le interesa repetir lo ya hecho, salvo que sea para reinterpretarlo y aplicar sobre una obra previa sus nuevos descubrimientos y aprendizajes. Porque el fin no es otro que poder seguir explorando, experimentando, y así seguir creciendo como artista y persona.

Hoy tenemos la suerte de compartir con el artista su visión y enfoque, y conocer las oportunidades que se abren con la construcción de su nuevo taller-estudio en Zarautz. En unos meses, este espacio permitirá a Iñigo contar con más medios y espacio para pintar y crear esculturas, pero también para poder colaborar con otros artistas u otras disciplinas, porque éste desea ser un espacio para la exploración de nuevas posibilidades. En la conversación se nos une también Helena, la persona que al lado del artista, complementa y ofrece una perspectiva complementaria del proyecto, la conexión del artista con la tierra, como ellos mismos reconocen, y que le apoya desde la admiración que siente hacia el artista y su capacidad creativa.

¿Cómo aflora esa vocación de artista?

Con ocho años mi profesora recomendó a mi madre, que dado que ponía más atención a dibujar que a las clases, me apuntara a clases particulares. Agradezco a mi madre que le hiciera caso, ya que desde entonces no he parado. Explorar, experimentar… hasta dominar algo. Una vez lo sé hacer, me deja de interesar, giro de tuerca y busco un nuevo reto para seguir explorando. Explorar tanto dentro de la misma disciplina, como en otras. Unas disciplinas alimentan a las otras, me gusta hacer pruebas con los materiales, saber qué posibilidades ofrece,…

emprendedores

La temática más recurrente son los barcos, la pesca, el agua, los reflejos,… es lo que he vivido y eso es lo que represento. Camino entre la figuración y la abstracción, pero cada obra, cada serie, tiene matices distintos, siempre tiene algo diferente, porque el valor está en la exploración. Lo mismo pasa con los materiales, el hierro y el acero corten, los utilizamos porque es una herencia del contexto industrial vasco, es parte de nuestro contexto y nuestra cultura, y eso es lo que nos invita a explorar con ellos.

Has ido evolucionando como artista, ¿qué momentos destacarías?

Hay dos momentos de evolución claros. El primero fue la exposición Camino entre dos aguas, de la figuración a la abstracción, en el 2005. Hasta entonces, iba pintando diferentes obras en función de mis inquietudes o intereses, y si tenía que hacer una exposición, recopilaba las obras que mejor se adaptaran a la misma. Pero esta exposición la concebí como un proyecto global. Compré un bote viejo, lo pinté de una manera especial para generar unos reflejos, y creé la exposición entorno a esta embarcación  que físicamente estaba en el centro de la sala. Fue un proceso cuya idea se gestó en el 2004, fue tomando cuerpo y evolucionando mientras lo creaba, y se expuso en el 2005. Personalmente esta exposición que supuso un salto como artista, coincidió con el nacimiento de mi hija mayor, que se llama Lucía como el bote. Y como artista supuso un cambio en la manera de ver y enfocar los ejercicios como proyectos globales.

En segundo momento importante fue la exposición Pinturas animadas, un mareo en el Cantábrico que realicé en el 2007. Este proyecto se concibe tras una semana de convivencia con los arrantzales en alta mar. Allí, además de entender la experiencia, recabo material gráfico, fotografías y un pequeño diario de a bordo. Posteriormente, explorando con este material, es cuando yo, que había rechazado por completo las tres dimensiones para ser fiel a los pinceles, tratando de mostrar el paso del tiempo y el movimiento del barco y pescadores, sentí la necesidad de crear volúmenes, de dibujar en el espacio. De hecho, si bien denominamos esculturas a mis obras, para mí sigo entendiéndolo como si estuviera dibujando y garabateando el espacio. En el fondo sigo sintiéndome un pintor. Este experiencia tuvo también un momento vital importante, ya que coincidió con el fallecimiento de mi padre, que fue arrantzale, y el nacimiento de mi segunda hija, Marina. Como artista supuso abrirme a otros materiales y disciplinas que me permitían romper con algunos límites que yo me había fijado.

Como puedes apreciar, mis obras reflejan lo que soy y mi propio desarrollo personal. Por eso, aunque la temática puede ser recurrente, nunca es igual, hay una evolución o una manera diferente de expresión.

Además de la evolución como artista, el propio proyecto también ha tenido una evolución

Sí, ha sido progresivo, pero claramente el gran salto fue abrir la galería en Donosti. El salto de Orio a Zarautz fue importante, pero en Donosti  tuvimos acceso a un tipo de personas que desde Urola Kosta no somos capaces de atraer. Supuso apertura y oportunidades.

Desde aquí aprovecho para pedir a las instituciones, a Urola Kosta, que impulsen o apoyen a los diferentes proyectos o agentes de la comarca, para que podamos crear entre todos oportunidades. Creo que realmente hay muchas posibilidades y muchas actividades interesantes, pero necesitamos organizarnos y cooperar, no sentir que nos tenemos que ir a Donosti.

En la galería de Donosti mantenemos el trato directo con el cliente. Tengo la oportunidad de explicarle mi visión de la obra, conversar con ellos, y eso el cliente lo valora mucho. Hemos ido haciendo una labor durante todos estos años, y hemos conseguido hacernos nuestro espacio. Con el discurso en primera persona permites entender al cliente tu visión, tu mirada, y le ayudas a ver esa dimensión que no siempre se ve en el primer golpe de vista.

Otro aspecto que valoran mucho y que lo podemos ofrecer es el valor de la exclusividad y la experiencia. Cada vez más apreciamos sentir una experiencia, vivir la abstracción y la magia que el arte, que una obra evoca. Cada pieza que hago es exclusiva, no me interesa hacer copias, creo que eso deja de ser arte para ser un negocio, y no me interesa. Y creo que esa exclusividad, y la experiencia de saber que esa pieza sólo la tienes tú, y ver la evolución que en la misma se refleja, es algo que aprecian mucho y que está en la base de la sostenibilidad de este proyecto.

Ahora, además de la galería de Donosti, vais a acondicionar en Zarautz un pabellón- taller. ¿Qué posibilidades te va a ofrecer?

Muchas, estoy ansioso por poder trabajar allí. Principalmente va a ser mi estudio. En la parte de arriba pintaré y abajo estará preparado para poder hacer esculturas de todo tipo. También piezas grandes que hasta ahora no he podido realizar por falta de medios y espacio.

Hace un año se puso en contacto con nosotros la fundación Deutsche Hochschulstiftung. Dieron con nosotros gracias a una entrevista que nos hicieron en la revista Basque Luxury. Vinieron interesados por piezas pequeñas y medianas. En la visita les mostré mis obras, cómo concebía yo mi trabajo, lo que para mi se reflejaba en cada una de las obras… y la conversación fue muy natural. En la misma les comenté que tenía varias obras grandes en construcción, estaban en fase de oxidación en una calderería, y fuimos a verlas. Una de esas esculturas grandes está hoy en esa fundación y vienen este julio a por una segunda pieza. Creo que este espacio puede facilitar esa conexión con la gente, poder intercambiar ideas.

Yo concibo el espacio como una posibilidad para colaborar con otros artistas u otras disciplinas que no sean artísticas. Tengo muy buenas experiencias de cooperación y me gustaría seguir explorando por esta vía. Por ejemplo, en el año 2011 estuve en México participando en una exposición en la Euskal Etxea de allí. La temática, pesqueros, arrantzales, pesca del bonito… Aprovechando que iba a estar cinco semanas, contacté con otro artista vasco afincado allí, Gorka Larrañaga, y realizamos un ejercicio de trabajo en cooperación. Definimos la temática, las reglas de juego, unimos las dos maneras de pensar y lenguajes con la herramienta del  collage que usamos como apuntes, y a partir de esas notas construimos la obra.

Con el resultado hicimos una exposición allí en México y otra aquí en Donosti. Pero más allá del resultado concreto, el proceso fue muy enriquecedor. Además de las discusiones, que las hubo, me permitió aprender a respetar parte de la obra del otro. Desde mi concepción algo que hacía él me podía parecer desacertado y viceversa, pero respetarnos nos llevó a romper muchos límites en la cabeza. Fue realmente interesante.

Más recientemente he realizado también una colaboración con Samuel Dougados. Él trabaja el beachart, realiza obras perecederas en la arena que fotografía y posteriormente vende.  Para esta colaboración, tendimos un lienzo de 2×2 metros sobre la arena y empezamos a dibujar en el lienzo y en la arena. Después intercambiamos herramientas. Él cogió mis pinceles para pintar en el lienzo y yo el rastrillo. Luego tomamos fotos. El proceso fue muy interesante.

Son experiencias muy enriquecedoras y que me ayudan a experimentar aspectos que naturalmente no haría. Esto es lo que queremos trasladar al nuevo estudio: juntar nuevas formas de hacer y evolución constante.

¿Qué tipo de personas se interesan por tus obras?

Un perfil bastante variado, pero cada vez más, extranjeros. Norte de Europa y mucho estadounidense, que es lo que principalmente el origen de las personas que vienen a Donosti. Sobre todo lo que buscan es la experiencia de la que te hablaba antes. Hablar conmigo, que les transmita mi interpretación de la obra, la exclusividad que ofrecemos,…

Ahora mismo tenemos dos viajes en breve, una exposición individual que realizaré en la Galería Arte XXI de México que hemos denominado «Asi, como el mar…» y otro a Japón, donde visitamos alguna de las obras que hemos vendido allí recientemente. Como ves, muchos proyectos y muchas posibilidades.

Muchos proyectos, ¿cómo os veis en unos años?¿Cuáles los proyectos que te gustaría abordar?

La verdad es que no me gusta pensar en el muy largo plazo. Me gusta centrarme en el ahora, en el siguiente proyecto, y si no lo tengo, estar en contacto con la naturaleza para ver qué emerge. Lo que me gustaría es poder seguir explorando y creciendo. Tal vez poder hacer alguna obra grande, tengo muchas ganas de que esté el nuevo estudio preparado y meterme allí a trabajar.

Y un sueño sería poder preparar un proyecto grande, tener la oportunidad de colaborar con alguna institución o algún centro y disponer de medios para dedicar un tiempo, un par de años, para crear y prepararlo. Hasta ahora no he podido hacerlo y pienso que podría ser muy interesante.

Helena, ¿añadiríamos algo más?

A mi sí me gustaría que pudiera preparar un proyecto nuevo, al estilo de lo que hizo con “Entre dos aguas” o el de «Pinturas animadas», y hacer una exposición importante, un gran evento. Creo que en el futuro llegarán colaboraciones con un gran hotel,  con un museo, con alguien del mundo de la moda, etc. Hemos mantenido conversaciones con varios agentes y creo que unir fuerzas es interesante. Pero hay que ver cómo materializarlo para hacer algo que tenga sentido y enriquezca a todas las partes.

Yo veo que Iñigo está teniendo una gran evolución como persona y como profesional, y eso también lo están viendo las personas que nos visitan o se interesan por su obra. Yo a nivel creativo le doy toda la libertad, porque desde la admiración y fe ciega en él como artista, he aprendido que le tengo que dar libertad, y aunque yo en un momento dado no lo entienda, permitir ese proceso.

A nivel de proyecto, yo soy a veces la conexión con la tierra, la que le ayuda a crear contactos y redes entorno al proyecto, y aunque a veces él no es tan consciente, yo sí veo la progresión que está teniendo y las puertas que se están abriendo.

Sí (nos comenta Iñigo), la verdad es que tengo la suerte de tener a Helena a mi lado. Ella veía más claro que teníamos que irnos a Donosti, que nos abre muchas puertas… en definitiva, la que me apoya en todo lo que hago. Yo a veces soy muy temperamental y me abstraigo en mi mundo, y ella me asienta y cimienta a la realidad. Valoro mucho su opinión, aunque a veces luego tome otras decisiones, y su saber estar. La verdad es que hacemos un buen equipo.

Creación artística, evolución del proyecto y muchas oportunidades por delante…

Sí, estamos en un momento dulce, viendo muchas oportunidades y materializándose muchas cosas que hablan de un trabajo bien hecho, paso a paso, durante mucho tiempo. Ahora damos un paso más pero con los pies puestos en la tierra, y eso nos da ilusión y fuerza para continuar. Esperamos en unos meses poder compartir con vosotros la inauguración del nuevo taller en Zarautz.

 

 

Gracias Iñigo y Helena,
gracias a vuestro trabajo y esfuerzo,
Urola Kosta es un lugar mejor.

#Ekiten  ecosistema de personas emprendedoras y empresarias de Urola Kosta.

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